El acoso escolar, más conocido como bullying, es, según el
diccionario: cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido
entre escolares de forma reiterada. En
los últimos años, ha habido una gran cantidad de adolescentes que se han
suicidado por dicho caso.
Y, digo yo, ¿es necesario llegar hasta tal punto?
Hay adolescentes insultados por su forma de vestir, de
pensar, la música que escuchan, la gente con la que van, su físico, las cosas
que hacen, el lugar de donde proceden, y hasta por la orientación sexual.
En cuanto a la forma de vestir, decimos que una persona es
‘rara’ simplemente por ir con una ropa en concreto. Pero, ¿quién ha sido el que
ha declarado que algo es raro, o no? ¿Quién ha sido la persona que ha dicho que
llevar algo en concreto, es desentonar?
¿Quién ha tenido el suficiente valor, como para decir que alguien viste
mejor o peor por llevar una ropa determinada? Nadie. Nadie lo ha hecho. Por lo
tanto, si nadie lo ha dicho. ¿Vamos a ser nosotros, unos adolescentes
cualquiera, los que determinemos que algo es raro o no?
La orientación sexual. Muchos adolescentes, y no
adolescentes, son criticados por ser gays, lesbianas o bisexuales. Pero, antes
de ser todo eso, son personas. Con los mismos derechos y los mismos deberes. Una
orientación sexual no implica que una persona sea mejor y peor. Y, en pleno
siglo XXI, que la palabra ‘gay’ sea un insulto, es algo que todos nos
deberíamos replantear.
El físico. ‘Gordo/a’ es una de las palabras preferidas para
insultar, y unas de las palabras que más daño hace. Cuando a una persona se le
dice ‘gordo’, puede que a simple vista no le afecte, pero siempre causa algo de daño. Nos dan ejemplo
de modelos ‘perfectas’ por su físico, pero no nos han enseñado todavía las
formas que tienen de serlo. Una persona no es más o menos guapa por estar más o
menos gorda.
Con todo esto, lo que quiero decir, es que una palabra es
muy fácil decirla. Es muy fácil insultar a alguien a la cara, o detrás de una
pantalla, es muy fácil criticar. Pero ¿Cuándo se es criticado, cuándo se es
insultado? A veces, no nos damos cuenta de que una palabra puede influir mucho
más de lo que nosotros pensamos en la otra persona. Pensad que, muchas veces,
la autoestima de otra persona está en nuestras manos.